Capítulo 62. Una mujer loca.
—¡Lacie! —gritó y como si fuera un eco a su grito, se escuchó un gran estruendo, al mismo tiempo que se detenía un camión.
No podía dar crédito a lo que veían sus ojos, se estaban llevando a la pequeña Lacie y no podía hacer nada para detenerlos.
—No, no, por favor, dejen a la niña, por favor, por favor, no se la lleven —suplicaba, pero las personas enmascaradas subieron al auto y finalmente perdió la consciencia y los ojos se le cerraron.
*****
La pequeña Lacie no dejaba de llorar, mientras era llevada por esa mujer, sintió una arcada al ser cubierta por esa manta con olor a rancio.
—¡Cállate mocosa! Si no lo haces te voy a cortar la lengua —amenazaba la mujer furiosa.
La niña trataba de contener el llanto, pero no podía.
—Quiero a mi papi, a mi mami, y Joaquín y Aura, a Eton y todos mis hermanos —sollozó, pero Leonor no sentía ni siquiera un poco de compasión por la pequeña.
—Pues lamento decirte que vas a tener que seguir llorando porque nunca jamás lo vas a volver a ver ¿Sabes por