Camelia se detiene antes de continuar, gira la cabeza para mirar a su abuela limpiando sus lágrimas emocionada, quien le sonríe y asiente con la cabeza. Vuelve a mirar a Ariel sonriente y continúa.
—En mi opinión, todo lo que te he prometido hasta ahora es amor… Ariel…, mi favor inaudito…, mi favor diferente…, mi favor complicado…, mi favor loco…, mi favor impagable…, ja, ja, ja… —ríe al ver la expresión de sorpresa de Ariel, y un poco impaciente, le susurra:—Todavía no lo dices, amor.—Ariel Rhys, prometo que pagaré cada uno de esos favores por el resto de mi vida, porque, amor, hoy te concederé el último favor que me pediste… Ariel Rhys, te acepto como mi legítimo esposo a partir de hoy y, para toda la vida, seré Camelia D’ Rhys ante los ojos de Dios y de los hombres.—¡Por