La llegada de Marlon Rhys con su ejército de guardias de seguridad provoca una oleada de temor entre los presentes, que retroceden instintivamente. No es para menos: la reputación del mayor de los Rhys como hombre implacable cuando se trata de proteger a su familia es legendaria en la región.
Apenas había logrado controlar el incendio en su empresa cuando le llegó la noticia sobre su hermano menor. Sin pensarlo dos veces, abandonó todo y se precipitó hacia el hotel. La escena que encuentra al llegar le hiela la sangre: Ismael sostiene a Ariel con expresión de terror absoluto en su rostro. Es un déjà vu macabro de su infancia, cuando por un descuido casi pierden a su hermano pequeño. Marlon arranca prácticamente a Ariel de los brazos de Ismael; su voz, normalmente controlada, ahora tiembla de pánico.—¿Qué le hicieron? ¿Por qué