En ese momento se escuchó un grito.
—¡Kistong! —exclamó su jefe y enseguida corrió hacia donde estaba.
—¡Si señor!
—Comunícame de inmediato con Salomé, ya tengo la fecha para nuestra cena, será en dos días.
De una vez el asistente cumplió la orden y una vez establecida la comunicación le pasó el tel