—Conrado… ¡Cálmate! —exclamó nervioso —voy a darte explicaciones, pero en este momento no es tiempo de pelea, si no de ver qué le pasó a Cristal y calmar al pequeño… —susurró Joaquín aun mirando con incredulidad.
Conrado alzó a su sobrino y se lo pasó a Salomé, quien se quedó viendo al pequeño con