—¡Conrado, por favor, cálmate! Yo no he ordenado ninguna prueba de ADN a tu hija. No sé de qué estás hablando —Ninibeth intentó mantener la compostura, sin dar su brazo a torcer, mientras Conrado se acercaba cada vez más, con los ojos llenos de ira.
—¡No me vengas con mentiras! El médico me lo confi