El Amor que Podemos Profesar...
-Sé tierno…
-Seré todo lo que mi esposa me pida – bajando su mano hasta poder tocar aquel monte de venus, y sintiendo como la joven se tensa – tranquila – besando el cuello de la joven, a la vez que su mano baja más y se adentra poco a poco – quiero sentir tu piel, tocarte con completa depravación…ser el único en tu vida
-Y…y lo serás – recibiendo un beso, al mismo tiempo que siente como aquel lugar es profanado por aquellos dedos – Dimi
-Dime…Adriana…
Y así baja su rostro hacia los senos de su esposa, los cuales lleva a su boca disfrutando de aquella piel rosácea y cálidos por el calor que corre por su cuerpo, simplemente es hermoso para el hombre.
Mientras la joven debajo de él se retuerce de placer, y sus gemidos y jadeos son prueba de que ella está disfrutando de la experiencia.
Sus piernas son separadas, Dimitri se acomoda en medio de ellas.
-Adri – recibiendo la atenta mirada de la joven – gracias…por aceptarme
Y así con cuidado y delicadeza se adentra en el cuerpo de su esposa,