El primer traje de mi hijo lo compraré yo.
Después de hacerle el amor a su esposa como poseído, y haberla hecho correrse placenteramente, Ismael y Griselda se metieron a la ducha. Una vez vestidos la embarazada le propuso salir,
— Cariño, ¿Qué te parece si vamos por un helado y caminamos un poco?
— Me agrada la idea, voy a pedir que traigan el coche, Te llevaré a un lugar interesante, estoy seguro de que te va a gustar.
— Ya me intrigaste, dejaré que me guíes esposo, oye cielo, ¿Qué mameluco te gusta para que saquemos al bebé de la clínica? Le regalaron muchos muy bellos. — Preguntaba Griss con una sonrisa.
— Ninguno.
— ¡¿Cómo? Pero son muy lindos, ¿Ninguno te ha gustado de verdad? Creí que podíamos sacarlo con ese traje amarillito con estampados de jirafas. — La pelirroja hizo un puchero. Su esposo estaba siendo demasiado exigente.
— Puede que sean aceptables, Pero mi hijo no va a salir del hospital con un traje que le regalaron. Yo mismo le elegiré un atuendo con el que se verá muy apuesto.
— Ohhh, cariño,