Demasiado traviesos para una dulce nena.
El CEO se quedó de pie mal encarado, necesitaba una explicación,por qué no se le creía a él.
— Estoy esperando tu respuesta mujercita... — El hombre tenía las manos en la cintura.
— Ohhh, no seas gruñón Sergey, es obvio que voy a creerle más a Ismael que a ti por qué mi hermano si va a decirme la verdad por dura que parezca, en cambio tu me ocultarás las cosas para que yo no me preocupe, ¿O me equivoco?
— No te oculto nada, ¿De que hablas? Siempre te hablo con la verdad. Es verdad que trato a medida de lo que puedo de no preocuparte por qué estás delicada por el embarazo. Quiero cuidarte y protegerte de todo y de todos, así que me ofende que no creas en mi palabra. — El hombre se cruzó de brazos bastante molesto.
— Deja el drama, ruso, es normal que mi hermana confíe ciegamente en mi, nos criamos juntos y además nunca le he mentido, ni le he hecho daño... En comparación de otros.
— No es lo mismo tu relación con Isabella que mi relación con ella, nosotros somos pareja,