Una insinuación ardiente.
Esa tarde noche la familia ivanov cenó y convivió de lo más contenta, parecía que el alma les había regresado al cuerpo de nuevo.
Isabella observaba todo a su alrededor, ella estaba un poco pensativa.
— Querida, estás muy callada, ¿Dime si te sucede algo? ¿Si sientes alguna molestia en la barriga, o sientes dolor? Debes decirme, iremos enseguida al hospital a que te vea médico. — El CEO se estaba preocupando.
— No tengo dolor Sergey, el embarazo está bien, el bebé se ha estado moviendo mucho. Lo que quiero es... Quiero volver a Rusia, este país es... bueno, pero quiero vivir en un lugar en donde mis hijos estén a salvo, y ya hemos pasado por mucho aquí. Secuestraron a Alexander, Aleksey tuvo pulmonía, a ti te dieron dos tiros que casi te matan y yo estaba muy preocupada. Solo... solo quiero una vida tranquila con mis hijos y mi espo...
Los bellos ojos de la chef estaban un poco tristes, eso no le gustó para nada al hombre ruso.
— Hey... Cariño, no te pongas así princesa, e