Capítulo 6

Capítulo 6

Christopher caminaba por las calles de la ciudad, tratando de olvidar el largo viaje que acababa de hacer. Aunque estaba contento de volver a casa, también sentía un nudo en el estómago al pensar en Verónica. Sabía que ella había pasado por mucho y no quería presionarla para comenzar una relación.

Christopher suspiró mientras dejaba su maleta en el suelo. La sensación de estar en su propio apartamento después de un largo viaje lo reconfortaba, pero al mismo tiempo, la tensión de no saber qué pasaría entre él y Verónica lo atormentaba. Decidió darse una ducha y relajarse un poco antes de pensar en ella.

Durante la noche, Christopher no pudo dejar de pensar en Verónica y en lo mucho que le gustaría hablar con ella. Se sentía un poco triste y frustrado por no haber tenido la oportunidad de verla hoy, pero también comprendía que ella tenía su propia vida y sus propias responsabilidades.

Al día siguiente, Christopher se levantó temprano y decidió ir al gimnasio para despejar su mente. Mientras se ejercitaba, no podía dejar de pensar en Verónica y en lo mucho que le gustaría tener una oportunidad con ella. Sabía que tenía que ser paciente y esperar el momento adecuado para hablar con ella.

Esa mañana, debía ir a la oficina a reunirse con su padre, sabía que la reunión solo sería para reclamarle algo, porque para su padre él no tenía el nivel de perfección requerido.

Christopher se encontraba sentado frente a su padre en la amplia sala de juntas de la empresa familiar. La tensión en el aire era palpable, y Christopher se preguntaba cuántas veces más tendría que soportar estas reuniones incómodas con su padre.

"Christopher, necesitamos hablar sobre el rendimiento de la empresa. Los números del último trimestre no han sido los mejores", dijo su padre en un tono frío y distante.

Christopher suspiró, sabía que su padre siempre ponía más atención a los resultados que a las personas, incluyéndolo a él. Pero a pesar de todo, no podía evitar sentir una punzada de dolor ante la falta de reconocimiento de su padre.

"Lo entiendo, padre", respondió Christopher con voz tranquila, aunque por dentro estaba furioso. "Pero creo que hay algo más importante que deberíamos discutir".

La mirada de su padre se clavó en la suya con un dejo de curiosidad. "¿A qué te refieres, hijo?"

"Sé que hay algo que me estás ocultando. Algo grande. Y no creo que sea justo que me lo mantengas en secreto, especialmente cuando se trata de la empresa que está a mi cargo", dijo Christopher con determinación.

Christopher se mantuvo en silencio mientras su padre hablaba. Sus palabras lo hacían sentir como un niño otra vez, aunque ya tenía 35 años y era un CEO exitoso de la empresa familiar.

"Padre, ¿qué es lo que estás ocultando? Sé que algo está pasando en la empresa y no me lo estás diciendo", dijo Christopher.

Su padre frunció el ceño y lo miró fijamente. "No estás preparado para saberlo todo, Christopher. Todavía eres joven e inexperto. Hay cosas que solo los mayores y más experimentados pueden manejar".

Christopher se sintió frustrado. Sabía que su padre nunca lo tomaría en serio y siempre lo consideraría un niño. Pero estaba decidido a descubrir la verdad, incluso si eso significaba ir en contra de su padre y tomar medidas drásticas para proteger la empresa y a sus empleados.

Christopher caminó por los pasillos de la empresa, su mente llenándose de pensamientos turbulentos. No podía creer que su propio padre lo había humillado y menospreciado de esa manera. ¿Por qué siempre tenía que ser así? ¿Por qué nunca podía ser un padre cariñoso y comprensivo?

Christopher salió de la reunión con su padre, frustrado y enojado. Mientras caminaba por los pasillos de la empresa, se le acercó Luna, su asistente personal. Ella lo saludó con una sonrisa, pero él apenas la notó.

"Luna, necesito que te encargues de unos asuntos urgentes por mí", le dijo Christopher sin mirarla a los ojos.

"Por supuesto, ¿en qué puedo ayudarte?", preguntó Luna con voz suave, acercándose un poco más a él.

Pero Christopher se alejó de ella, evitando cualquier contacto físico. "Solo necesito que manejes algunas reuniones para mí, y que me consigas información sobre algunos clientes importantes", respondió de manera fría.

Luna bajó la mirada, sintiendo la distancia entre ellos. Sabía que estaba enamorada de Christopher, pero él no parecía interesado en ella de esa manera. Aun así, ella seguía tratando de estar cerca de él, yendo más allá de sus tareas laborales.

Christopher notó su tristeza y se detuvo un momento. "Lo siento, Luna, no quería sonar tan frío. Solo estoy lidiando con algunos problemas personales en este momento y no tengo tiempo para nada más", explicó con una voz más suave.

Luna asintió, entendiendo que su jefe estaba pasando por un momento difícil. "No te preocupes, estaré aquí si necesitas algo más", dijo con una sonrisa triste.

Christopher la miró agradecido, sabiendo que ella era una de las pocas personas en la empresa en las que podía confiar. Aunque no tenía tiempo para pensar en nada más que en el secreto de la empresa.

Christopher había estado tan inmerso en su trabajo y en sus propios problemas que se había olvidado de su hermano mayor, Andrew. Pero hoy decidió que era el momento de ponerse al día con él y lo llamó para quedar a almorzar juntos en un restaurante cerca de la oficina.

Cuando llegó, Andrew ya estaba sentado en una mesa y lo saludó con una sonrisa. Los hermanos se abrazaron y se pusieron al día de sus vidas mientras ojeaban el menú.

Christopher le contó sobre la tensa reunión que tuvo con su padre, y cómo estaba dispuesto a renunciar a la empresa si su padre seguía negándose a compartir información importante. Andrew lo escuchó con atención, pero decidió cambiar de tema para distraerlo.

Le preguntó a Christopher sobre su vida amorosa y si había alguien especial en su vida. Christopher suspiró y le contó sobre su vecina Verónica, le gustaba mucho. Pero, estaba luchando con sus propios demonios internos.

Andrew le sugiere a Christopher que sea honesto con Verónica sobre sus sentimientos y que se tome su tiempo para conocerla bien antes de comprometerse en una relación. También le aconseja que sea comprensivo y paciente con Verónica, ya que ella ha pasado por un divorcio abusivo y necesita tiempo para sanar sus heridas emocionales.

Después del almuerzo, se despidieron y se prometieron no dejar pasar tanto tiempo antes de volverse a ver. Christopher se sintió mejor después de hablar con su hermano y decidió que tenía que hacer un esfuerzo para equilibrar su vida personal y profesional.

Mientras caminaba, recordaba los consejos de su hermano Andrew. Le había sugerido que fuera paciente y que no la presionara. Que le diera tiempo y espacio para sanar y que se acercara a ella como amigo. "Hazle saber que estás ahí para ella, pero respeta su espacio y su tiempo", le había dicho.

Christopher sabía que era más fácil decirlo que hacerlo, pero estaba decidido a intentarlo. Quería ser parte de la vida de Verónica, incluso si solo podía ser como amigo. Se prometió a sí mismo que haría todo lo posible por apoyarla y estar ahí para ella, sin importar lo que pasara.

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