Campamento stark. Al norte de Noruega
_ Ha comenzado… _ musitó la anciana conteniendo la respiración _ El mundo de la noche se decidirá en numerosas batallas, Brago, y la primera será esta.
El Primer Oficial le dirigió una agónica mirada a la llamita que se extendía traviesa sobre la palma de Moyra, en la que no podía ver nada más que fuego, luz y un calor tal que no quemaba a la regente, pero que lo habría abrasado a él en un instante si hubiera intentado lo mismo.
_ ¿No hay nada que podamos hacer? _ interrogó con exasperación.
Se resistía a creer que el destino inmediato de su raza dependiera de un enfrentamiento que tenía lugar a cientos de kilómetros de distancia sin que ellos pudieran hacer nada para ayudar a decidirlo, o al menos para inclinar la balanza un poco a su favor.
_ No, Brago. Los ances