Una pareja de cuento de hadas.
Al día siguiente el Jeque ya estaba temprano por la mañana en su oficina, estaba demasiado ocupado revisando las incontables empresas que tenía a su cargo. Aún así se dió tiempo para llamar a su villa.
— Señor, ¿Quiere saber sobre la señora Ali?
— Por supuesto, de no ser así para que llamaría. ¿Cómo está ella?
— La señora amaneció de mejor humor está mañana, ya ha desayunado y ahora mismo está dando un paseo por el jardín.
— Mm, ¿Se abrigó bien?
— Si, ella está... Solo se le miran los bellos ojos azules.
— Bien, avisale que está noche tenemos una cena, dentro de una hora le llegará el vestido y los accesorios, entregaselos.
— Como ordene, señor.
Más tarde Monserrat entraba a su habitación y veía sobre la cama un hermoso vestido de diseñador en tonos rosas, el corset estaba bordado con pedrería, al igual que las zapatillas.
— Señora Ali. Este es su vestido para la cena de esta noche. El Jeque tiene un gusto exquisito, ¿Cierto? Además se sabe sus medidas como si