Letty se sostiene fuerte de mis hombros mientras nos besamos con desenfreno, ahogo sus gemidos en el interior de mi boca mientras le proporciono inmenso placer en su botón hinchado y palpitante.
—Vente para mí pequeña—susurro contra sus deliciosos labios mientras gime para mí sin cohibirse—. Hazlo—ordeno y abre más sus piernas dejando entrar con más facilidad dos de mis dedos en su interior.
—¡Edward!—exclama.
Con mi mano libre masajeo sus pechos y cuando sus paredes se contraen, muevo mis dedos con mayor intensidad sin llegar a lastimarla. Cuando el éxtasis la alcanza abandono su seno para posar mi mano en su espalda baja.
Ella convulsiona encima de mí y coloca su rostro en mi húmedo pecho por unos minutos, trata de normalizar su respiración y entonces me dice:
—Me duelen las piernas y tengo mucho sueño—sonrío, tomo su rostro en mis manos y nos observamos con complicidad.
—Es normal que te sientas cansada amor. Te ayudaré para que descanses.
—Por favor—dejo un beso en su frente.