Dos días después. Los Ángeles, California.
El recibimiento de Letty en casa de mis padres fue acogedor y emocionante. Mi madre está loca por ella, mi padre también y mis hermanas ni se diga.
Me encanta ver a Letty sonreír, pero no puedo negar que a pesar de todo lo positivo que nos rodea la noto más decaída. Se está apagando poco a poco y estoy devastado por verla así.
Ella ha vuelto a tomar el medicamento y no sé porqué, pero tengo un mal presentimiento. Siento que ese medicamento le hace daño al extremo. He visto que cuando no lo toma está bien, pero cuando vuelve a tomarlo es cuando se siente mal.
Ya habíamos hablado de ir con un colega para nuevos estudios y no se negó. Tengo fe de que pronto podamos salir de este mal momento.
—E-Edward—escuché su débil voz.
Entonces me alejé de la ventana y caminé en dirección al baño, todo lo que puedo escuchar es el agua del lavamanos.
—Dime cariño. ¿En qué puedo ayudarte? —no obtuve respuesta y la escuché llorar bajito—. ¿Letty?
El miedo