Letty Brown es una chica joven, hermosa, trabajadora. Con un pasado que no le permite estar cerca y mucho menos confiar en los hombres. Sus inseguridades salen a flote al sentirse atraída por el nuevo doctor de la clínica para la que trabaja. Edward Collins es un doctor reconocido, joven, guapo, atento y adinerado, se sentirá atraído por la protagonista de esta historia desde el día uno. ¿Las ganas de estar juntos y el amor que sentirán el uno por el otro será suficiente para resistir todo lo que se le viene encima?
Leer más—Letty, ¿qué te parece si vamos al Starbucks por un buen café?—Brenda preguntó muy animada.
Siempre que llegan las 3:00 pm la hora se pone pesada, no tenemos pacientes y la pereza se adueña de nuestros cuerpos. Literal, parecemos dos ventiladores viendo de un lado al otro.
—Me encanta la idea—contesté rápidamente.
Fascinadas de la vida, salimos de la clínica y caminamos solo una cuadra hasta llegar al Starbucks más cercano. Al llegar notamos que el lugar está a reventar y hay una cola enorme para ordenar, siempre que venimos es lo mismo, así que nos llenamos de paciencia y esperamos nuestro turno.
«Que se caiga el mundo, pero de aquí no me muevo sin mi Frappuccino»—pensé.
Entonces me dispongo a observar el lugar con detenimiento, personas salen, otras entran y cuando veo al frente nuevamente me doy cuenta de que la gran fila avanza y, Brenda que está detrás de mí, me mueve para que reaccione.
Es reaccionar y quedarme de piedra nuevamente al ver a semejante hombre, sin poder evitarlo, lo sigo con la mirada, me siento hechizada por él y no puedo dejar de observarlo. El poderoso hombre tiene puesto un pantalón de vestir negro con zapatos acordes, una camisa blanca de mangas largas que le queda espectacular y, dos de los primeros botones sueltos que me regalan una pequeña vista de lo que es su torso desnudo.
Paso saliva con dificultad, jamás en mi vida había visto a un hombre tan apuesto como él. Alto, cabello negro perfectamente peinado hacia atrás, sus ojos son de un azul tan intenso que me transportan al mar inmediatamente, su tez blanca, sus labios rosados y carnosos me incitan a querer probarlos, sus cejas pobladas adornan su espectacular rostro y no puedo dejar de admirarlo. Ese hombre está tallado a la perfección por los mismos dioses y quiero conocerlo.
Es un hombre maduro, seguro, imponente. Eso es lo que deja ver a simple vista, cuando saca del bolsillo del pantalón su teléfono y lee algo en el que lo hace sonreír, juro que el mundo, los segundos, los minutos y las horas se detuvieron en ese preciso instante.
Su magnetismo y virilidad me dejan clavada en el sitio. Cuando consigo respirar le susurro a mi amiga:
—Hombre espectacular e impresionante a las dos en punto.
Sin ningún disimulo, Brenda gira el cuello, observa el objetivo y dice:
—¡Por dios, si está buenísimo ese pedazo de hombre!—exclama.
—Impresionante, interesante y tentador—digo rápidamente.
Me dejé llevar por lo que me hace sentir ese hombre que me expresé en voz alta, grave error. Brenda no me va a dejar en paz y mucho menos vivir después de lo que he dicho.
—Waooo Letty, no sabía que te gustaran de treinta, porque ese—lo señala—, los veinte ya no los cumple. Además, te vendría muy bien un romance, así dejas de ser tan tímida—me hace reír.
—Es mayor que yo y no creo que un hombre así se fije en mí, dicen que la edad solo importa en los vinos—Brenda se ríe—, pero no estoy diciendo con esto que quiero tener algún romance, simplemente me parece guapo e interesante.
—Por ahí empezamos todas Letty, está bien sentirse atraída por un hombre tan apuesto, es simplemente normal. Me gustaría verte sonreír más a menudo, que dejaras de ser tan tímida e insegura de ti misma. Eres muy linda y cualquier hombre que se enamore de ti sabrá apreciarte, no entiendo por qué tienes tan baja autoestima. Nunca has querido hablarme de lo que te pasó, me encantaría que me tuvieras más confianza porque en verdad quiero ayudarte.
—Quizá, algún día Brenda. Tal vez, hasta ese día vas a querer ser mi amiga o pueda que te avergüences de estar conmigo.
—¿Tan malo es lo que te pasó?
—No quiero hablar de eso ahora, dame tiempo. Es nuestro turno de ordenar—digo rápidamente para que Brenda no continúe con sus preguntas.
Hice mi pedido desanimada, ya se me quitaron las ganas de tomar el frappuccino, odio pensar y recordar mi pasado, quisiera olvidarlo todo, pero, ¿cómo?
Entonces a Brenda le entra una llamada al móvil y me dice que ordene el café de siempre por ella, lo hago y pido el mío también, pago los dos cafés y espero que me los entreguen.
De pronto, siento un exquisito aroma inundar mis fosas nasales, es un perfume bastante masculino, pero suave, demasiado agradable y me pierdo en el. Hasta que escucho una gruesa y varonil voz a mi espalda, el hombre le pide amable a la chica de atención una bolsita adicional de azúcar y, ella con una amplia sonrisa le da al hombre lo que le pide y él le da las gracias.
En ese preciso momento me entregan mi pedido y tomo los cafés, giro sobre mis talones y tropiezo con alguien. Pensé que el hombre detrás de mí ya se había ido, pero me equivoqué, uno de mis cafés terminó bañando parte del piso del local y, me sentí estúpida cuando me fijé en el hombre con el que había tropezado.
Sí, es el mismo hombre espectacular que había visto hace unos minutos. ¡Qué vergüenza!, no entiendo porqué soy tan estúpida e idiota.
—¿Estás bien?—me pregunta y no respondo—. Señorita le hice una pregunta, ¿está usted bien?
Salgo rápidamente de mí aturdimiento y respondo lo más rápido que puedo.
—Disculpe, sí.
Inmediatamente llega una señora y limpia el desastre que hice, paso del hombre frente a mí y me disculpo con la señora, ella con una amplia sonrisa me dice que me quede tranquila, que ese es su trabajo. Inmediatamente me siento culpable, me disculpo nuevamente y me retiro.
Solo llevo un café en mis manos que es el de Brenda, porque el mío lo perdí y no volveré hacer esa cola del demonio para ordenar. Al llegar a la mesa donde está mi amiga hablando por teléfono me dice que la espere un segundo y, tras hablar con la persona al otro lado de la línea, quedan en algo y cuelga.
Inmediatamente le cuento lo que me pasó y se ríe, yo no lo hago porque me siento estúpida.
—¡Vamos Letty! Deja de ser tan amargada y disfruta, al menos tuviste un encuentro con tu hombre impresionante—continua riéndose.
—Me hubiera gustado que sucediera diferente—expreso sincera—, será mejor que nos vayamos.
Nos estamos levantando de la mesa y escucho nuevamente esa voz a mi espalda.
—Disculpe, señorita.
Giro rápidamente y me encuentro con el hombre que me roba el aliento y por primera vez en mis veinticuatro años me hace suspirar.
—Aquí tiene su café—lo extiende en mi dirección y alucino—, me parece justo que lo aceptes como una muestra de disculpa de mi parte, ya que por mi imprudencia tropezaste.
Brenda me incita a que tome el café que él me está ofreciendo y, lo hago con algo de vergüenza. Es la primera vez que me pasa algo como esto y que un hombre se me acerca.
—Gracias—le digo y siento como me sonrojo.
—De nada, pequeña—me dice, me brinda una espléndida sonrisa y tras disculparse, se marcha.
«Ayyy por dios, qué hombre»—pienso.
Observo su caminar y como su ancha espalda se aleja cada vez más. Supongo que no volveré a verlo y eso me entristece, esto solo pasa en las películas.
—Recoge las bragas del suelo—me dice Brenda muerta de risa—. Al menos tuviste un acercamiento con tu hombre.
Es verdad, aunque me hubiera encantado poder conocerlo.
Nos encaminamos con nuestro café a la clínica y tras tomarlo en el cafetín, quince minutos después estamos listas para comenzar nuevamente con la jornada laboral. De pronto algo ocurre, se escuchan susurros en el área y busco con la mirada para ver qué es lo que pasa, pero me quedo petrificada en el sitio, cuando observo como el director presenta orgulloso al personal de trabajo a un hombre que está vestido igual al que me encontré en el Starbucks.
Un año después.Jamás pensé que sería el hombre más feliz del planeta teniendo a mi lado a la mujer más maravillosa del mundo. Aunque en su momento no podía parar de estar preocupado por ella, enfrentamos juntos la prueba más grande de amor, y la que titulé la espera. Sí, la espera. Esperar que el cuerpo de Letty asimilara bien el trasplante de médula ósea, esperar la aceptación al darle la noticia de que Lucy resultó ser su hermana paterna, pues nos hubiéramos ahorrado todo el suspenso si le hubiéramos preguntado a Lucy al menos el nombre de sus padres y ahí nos hubiéramos enterado de todo. Esperar el crecimiento lento de su cabello, cejas y pestañas, todo ha sido un largo proceso y que hoy podemos decir; lo logramos.Fue un choque de emociones fuertes para mi amada esposa, me complace verla cada día más viva, plena, segura de sí misma. Letty es una hermosa chica, además me quito el sombrero ante ella y sus ganas de seguir adelante, ella es toda una guerrera que pudo surgir de l
Me desperté desorientada, tenía la intravenosa puesta nuevamente, pero en la mano y apenas podía abrir los ojos.Cuando todo lo que ocurrió vino a mi mente, abrí los ojos de desmesuradamente y la realidad me golpeó. Estaba sola en la habitación y empecé a llorar como niña pequeña. No podía calmarme, quería saber de Edward. Tomé mi teléfono y lo llamé, pero no contestó, de la impotencia que sentía tiré el teléfono lejos, me sentía inútil y a la vez preocupada por mi amor. Rápidamente la puerta se abrió y entonces pude ver a mi esposo y su cara era de preocupación. —Amor, ¿qué ocurre? ¿Por qué lloras? Está preocupado, lo siento en su voz. Llega rápidamente en mi dirección, me abraza y me permito llorar abiertamente en sus brazos. —Estaba preocupada por ti, no quería que nada te pasara, cuando desperté no estabas a mi lado y me asusté. Y-yo…—Tranquila, mi cielo. Aquí estoy.—Pensé que te habían llevado preso.—Solo era para que no nos agarráramos a golpes nuevamente cariño. Estuvi
Estaba ansioso por saber los resultados de la prueba de compatibilidad de Lucy con Letty. Estábamos haciendo todo a escondidas de Letty porque no quiero preocuparla y mucho menos darle una falsa esperanza, prefería cargar con todo y llevarme el golpe solo. —Tranquilo Edward. Todo va a salir muy bien, ya verás. —Es lo que más deseo Lucy, quiero hacerle caso a mi intuición y darme cuenta de que no estuve equivocado. —Esperemos, eso solo lo sabremos con las pruebas. No pudimos continuar conversando porque Jake hizo acto de presencia y nuestra atención se centró en él. —Colega—me saluda Jake y estrechamos las manos—. Señorita Lucy—sonrió con picardía y ella solo rodó los ojos con fastidio—, las pruebas serán tratadas con rapidez. Ahora bien, la que he pedido que tengan cuanto antes y me hagan llegar a la brevedad posible es la de médula ósea; necesitamos iniciar con el trasplante cuanto antes en caso de que sean compatibles. —Me parece perfecto hermano, gracias. —Hago mi trabajo
Tres meses después. El tiempo ha pasado demasiado rápido, me parece que fue ayer cuando firmé el documento de matrimonio donde dejé plasmado mi amor por Letty.Observar mientras duerme, velar por sus sueños y por su bienestar siempre será mi mayor trabajo. Es gratificante para mi estar al pendiente de ella, me he dedicado en cuerpo y alma en cuidar de mi esposa en lo que va de tratamiento y, no me arrepiento haberme dado de baja unos meses mientras se recupera. El tratamiento de Letty avanza, pero Jake quedó en hablar conmigo de algo importante referente a la enfermedad de mi esposa. Me preocupa porque lo que más quiero es que se recupere pronto y supere todo este proceso por el que está pasando. Después de la cuarta sesión de quimioterapia perdió el cabello y entró en crisis, recuerdo como la apreté contra mi pecho fuertemente para darle tranquilidad y seguridad. Ella quería que la dejara y me fuera, pero… ¿cómo podría hacerlo cuando aun viéndola de esa manera me parecía la mujer
No podía salir de mi asombro. ¿Qué hacía Lucy aquí? No podía entenderlo, pero supongo que después me podría enterar de eso, por los momentos en mis planes solo está atender a Letty. Lucy no ha caído en cuenta de la cantidad de personas que hay a su alrededor, solo está tratando de alejar a Jake de ella. Mi madre le hace señas a mis hermanas y ellas se retiran. Solo quedamos Letty, Carl, Brenda, Jake y yo. —Señor estoy bien. No se preocupe, esto no es nada—expresó Lucy mientras trataba de detener las inquietas manos de Jake.—¿Cómo vas a decir que no es nada?—gruñó Jake irritado y me sorprendió que reaccionara de esa manera—. Te has hecho daño. —Es lo de menos. No es como si me fuera a morir por estos rasguños. Déjeme hacer mi trabajo por favor. —Definitivamente estás loca.—Con todo respeto…—lucy miró a Jake directamente a los ojos y le dijo—: No es su problema. Jake sonrió, conocía perfectamente esa sonrisa y mirada, no dejaría que se pasara de listo con ella. No sabía porqué
Dos días después. Los Ángeles, California.El recibimiento de Letty en casa de mis padres fue acogedor y emocionante. Mi madre está loca por ella, mi padre también y mis hermanas ni se diga. Me encanta ver a Letty sonreír, pero no puedo negar que a pesar de todo lo positivo que nos rodea la noto más decaída. Se está apagando poco a poco y estoy devastado por verla así. Ella ha vuelto a tomar el medicamento y no sé porqué, pero tengo un mal presentimiento. Siento que ese medicamento le hace daño al extremo. He visto que cuando no lo toma está bien, pero cuando vuelve a tomarlo es cuando se siente mal. Ya habíamos hablado de ir con un colega para nuevos estudios y no se negó. Tengo fe de que pronto podamos salir de este mal momento. —E-Edward—escuché su débil voz. Entonces me alejé de la ventana y caminé en dirección al baño, todo lo que puedo escuchar es el agua del lavamanos. —Dime cariño. ¿En qué puedo ayudarte? —no obtuve respuesta y la escuché llorar bajito—. ¿Letty?El miedo
Último capítulo