La muchacha se quedó ahí parada, sin decir nada ¿qué podía decir? Adele se volteó y caminó apurada hasta la puerta del edificio, las manos le temblaban, no podía hacer coincidir la llave con la cerradura y Lucas vio su oportunidad. No iba a dejar que se le escapara esta vez.
- Déjame ayudarte… -
- ¡Lárgate! - Le gritó ella.
De nuevo Lucas había hecho pedazos algo valioso para Adele.
- ¡No seas así, terca! - Le devolvió el grito.
- ¡Vete! - Y por fin la llave entró.
Se apresuró a meterse y trató de cerrar la puerta en la cara a Lucas, pero no pudo. Forcejaron y él entró. Jim, miraba a su joven esposa llorar y no sabía qué hacer. Se acercó, cerró sus brazos sobre ella y el sollozo fue angustiante.
Adele casi corrió llorando por la escalera hasta llegar a su departamento y le pasó lo mismo, no pudo abrir. Lucas dio zancadas largas para alcanzarla, ella no quería verlo o hablarle y mucho menos que entrara a su casa. Pero él estaba decidido. De nuevo intentó detenerlo a la fuerza, pero él