Cecilia esperó un largo rato sin oír la respuesta de Bosco, mirando el cuadro de la mesa, que seguía sin reparar, dijo impaciente: —¿qué demonios pasa? Colgaré si no dices nada.
Bosco quiso explicarse, peso se enfadó por la impaciencia de la mujer, dijo: —recógeme en Nochecoloral.
Cecilia frunció el ceño: —¿estás loco? ¿Que te recoja yo?
Érase una vez, cuando ella trabajaba como su ayudante de vida, que él estaba borracho cuando le llamó ella.
Contestó al teléfono Javier, y conociendo la relación entre ambos, le dijo que Bosco estaba borracho y le pidió que le recogiera.
En ese momento, Bosco la odiaba tanto, y cuando vio que era ella la que había venido, perdió inmediatamente los nervios, e incluso Javier fue reprendido. También se le descontó la prima de fin de año correspondiente a ese año.
Después de eso, por muy borracho que se pusiera Bosco, Javier nunca volvió a pedirle que recogiera.
Al parecer, Bosco se había olvidado de esto y, al oír la reticencia de ella, dijo: —aún no esta