Bosco enganchó los labios: —¿Así que vas a salir?
Cecilia frunció el ceño, —Lo acordamos ayer...
El hombre bajó las sábanas, revelando arañazos en el cuello y el pecho, tenía marcas profundas y superficiales en casi todo el pecho y los hombros, en algunas de las cuales se veía sangre.
Señaló las marcas rojas. —Era un trato, pero casi me has arrancado la piel a tiras, así que tengo que pedir un aumento de precio, ¿verdad?
...
—Hay más en mi espalda, ¿quieres echar un vistazo?
Cecilia se apresuró a detenerle, —pago con dinero
—¿Te parece que me falta dinero?
—Aparte de eso, no tienes más opciones... —Cecilia sintió que estar así cara a cara y hablando era demasiado ambiguo, y se levantó de la cama.
Tras unos segundos de silencio, Cecilia giró la cabeza y miró a Bosco: —Anoche no te pusiste…
¿La contracepción?
El hombre, con el rostro lleno de insaciable comodidad: —Señora Borja, ¿tienes esto en casa?
—¿Me preguntas? Es tu casa.
Inicialmente, lo tenía, a ella le gustaba en ese momento, y