Kate, aún no había pensado en lo que iba a pasar después que saliera del hospital, lo más lógico era regresar a la casa del Padre Fausto, la joven se quedó pensativa al igual que Fernando.
De pronto, risas y una voz muy singular se hicieron presentes, era Tefa, que llegaba a visitar a Kate.
—A ti no te han enseñado que en un hospital se debe guardar silencio — regañó Fernando
—Y tú ni siquiera por el nacimiento de tu hija, puedes dejar de ser tan amargado —recriminó Tefa—. ¡Quítate Grinch! —dijo pasando por delante de él—. Quiero conocer a tu hija, espero se parezca a Katherine, porque si salió a ti pobre niña. —Soltó una sonora carcajada.
— Tefa, estás hablando de mi hija —recriminó Kate.
&