Milena sonrió con ternura y se acercó su novia, tomándola por las mejillas para unir sus labios. Selene estaba intentando aceptar todo, incluso comenzó a psicóloga pero aún seguían dentro de ella ciertas inseguridades con respecto a su cuerpo. No era para nada fácil que las personas no supieran sobre eso y que pudieran juzgarla o mirarla mal. Agradecía el hecho de que Milena haya sido tan abierta para escucharla y comprenderlo, se sentía más cómoda con ella hablando sobre el tema.
-Mi amor, me encantas -murmuró contra su boca-. Incluso quiero confesarte de que estoy un poco... curiosa.
-¿Estás curiosa? -pregunta abrazando su cintura.
-Si, lo estoy.
-¿Quieres....verlo? -mordió su labio inferior nerviosa
-Diría que en otro momento, ahora sería un desastre -Selene quitó su tensión y comenzó a reír-. No creo que sea una buena idea que Damian suba y lo vea.
-Mierda, que vergüenza de solo pensarlo -dice riendo-. Igual no me refería ahora, sino a alguna vez...
-Quizás podríamos tener más pri