Capítulo 14.
-Ahora estoy realmente curioso. - Dijo cuando terminamos de amarrar a su flamante próxima esposa al techo del auto.
Yo suspiré cuando Megan volvió a reírse con ganas. Le quité las llaves del auto y, como una niña, la metí en el asiento del copiloto, le puse su cinturón y cerré la puerta.
Conduciría de regreso.
En algún punto entre el estacionamiento y la carretera de camino a casa se tranquilizó.
-Nuestra amiga aquí casualmente se encontró con el dueño. - Dijo Megan compuesta por fin. - Fue hace años, cuando su abuela apenas comenzaba con su misión de emparejarla a toda costa.
Yo la interrumpí.
-Mi abuela tenía la teoría en esa época de que quizá lo que buscaba en un hombre era una... experiencia diferente.
-¿Qué tan diferente? - Preguntó Duncan.
-Por dios, Megs, se te saldrá un pulmón si sigues así. - Regañé.
-¡Mierda! - Dijo después de toser salvajemente la aludida. Y luego ella me ahorró la molestia de contestar la pregunta de Duncan. - Su abuela pensaba que a nuestra tierna Ste