En el refugio, revisamos currículums de asistentes personales y personal doméstico de alto nivel. Me detuve en la ficha de una joven con excelentes referencias, pero con un detalle que me llamó la atención.

—Ella. Gabriela —dije, señalando el perfil.

Alejandro leyó su expediente. — Excelentes calificaciones en gestión doméstica, discreta, y tiene experiencia en casas con mucha exposición mediática. ¿Por qué ella?

—Porque tiene una belleza muy sutil, Alejandro. Es llamativa, pero tiene el tipo de encanto tranquilo que pasa desapercibido y que, paradójicamente, puede atraer la atención de un hombre como Lucas.

Alejandro entendió inmediatamente el doble propósito. Arreglamos una entrevista inmediata en el estudio.

Gabriela llegó vestida de forma pulcra, con el cabello recogido y una actitud profesional que bordeaba la timidez. Era joven, eficiente, y sus ojos eran increíblemente observadores.

La entrevista fue rápida y yo tomé el mando. Le ofrecí el puesto de asistente personal, con un s