- Aun así, le dije a Gabe cada uno de mis votos... Y estaba dispuesta a cumplirlos, papá. Pero Gabe no fue fiel, no me quiso, no me respetó, bromeó sobre mi salud, se burló de mi enfermedad y... Le importaba poco mi muerte.
- ¿Significa esto que todo lo que quieres es que Gabe te diga sus votos?
- No sólo eso...
- ¿Qué más?
- ¡Quiero un anillo con su puto nombre! Y que valga algo. Y no tiene que ser el material más caro del mundo, sino algo que pueda llevar sin que se oscurezca ni se descascarille. Él... Has jugado con todo, papá. - No pude contener mi decepción y tristeza.
Y joder, aunque Gabe me había hecho todo eso, yo seguía intentando que funcionara.
- El bastardo es uno de los hombres más ricos del mundo, estuvo casado contigo ¿y todo lo que quieres es un anillo de boda y unos malditos votos? Tienes derechos, corazón.
- ¿Qué derechos? Firmé un acuerdo prenupcial.
- Aun así, ya que estás intentando pedir el divorcio, al menos podrías exigir una pensión alimenticia. Él paga por su