[DANIEL]
Entonces, después de cinco minutos parado frente a la habitación, decidiendo si entrar o no entrar de nuevo ahí, hacerle el amor y arruinarlo todo, mandé todo al carajo y entré, solo para que mis ganas de volver a salir regresaran.
—Lo siento, Dan. Pensé que te gustaban las mujeres y por eso yo...
—¡Espera! ¿¡Qué!?
¿¡Qué rayos estaba maquinando con esa perturbadora y maquiavélica mente esta mujer!?
—Es que, después de lo que casi pasó entre nosotros desde que regresé, pensé que aún te gustaban las mujeres, pero bueno... los hombres... no están mal y...
—¿Qué...?
—¡Espera! Déjame hablar —me detiene, pasándose las manos por la cabeza con frustración—. Es posible que después de que te vestiste de mujer aquella vez, en el bar, te hayas sentido identificado con...
—¿¡Pero qué estás pensando!?
—Eres gay...
Y es así como se le apaga el deseo sexual a una persona.
Y Dana Park es una experta en eso.
Cubrí mi rostro, di la vuelta, salí al pasillo de nuevo y grité.
No sabía si reír por