[DANIEL]
—Vamos, ayer no quisiste ir conmigo, hace una semana tampoco… Quiero a mi mujer a mi lado ahora, quiero que todo el mundo se dé cuenta de que te amo y quiero hacerlo oficial.—
Dejó la taza de café en la barra y, con la cabeza baja y sin poder mirarme, negó.
—Daniel, yo no estoy lista. No después de lo que pasó y mucho menos siento la seguridad de aparecer frente a tu familia en esta situación…—
—Mi familia puede ser cansina y, si hago esto, no es por ellos, es por mí y porque, aunque me lleve mal con mi padre, quiero que todos sepan que serás mi esposa, la mujer que amo y que me ha cambiado de una y mil formas.—
—¿Esa no fue Sam? —murmuró, pero después hizo una mueca, notablemente arrepentida. Ella sabía que no era bueno traer el pasado a flote y menos con una situación que ya se consideraba arreglada.
—Tú sabes que no —respondí seguro. Tan seguro como decir que ella era la persona que había iluminado mis días cada vez que se volvían grises.
Sin saberlo, ella era quien siempr