[DANA]
Haciendo uso de mi sigilo, me doy la vuelta de regreso. Si creí que estaba preparada para esto —para verlo, aunque no sea él, sino un extraño muy parecido—, me equivoqué. En verdad no puedo verlo sin sentir millones de cosas en mi pecho… parte de ellas, culpa, nostalgia, dolor… amor.
—Dana Park, ¿cierto?
Me detengo a un metro de la puerta de la habitación de Ángel, con la mirada fija en el picaporte. No quiero ver al dueño de aquella voz.
—Escucha… sé quién eres, he escuchado mucho de ti y…
—¿Y tú quién eres?
—Ah… yo…
—Él es Max —lo corta una diminuta voz. Despego mi mirada del objeto dorado y la veo: está abrazando a… a ese tipo—. Es un poco desordenado, tiene muy mala memoria, jamás ha visto una película de miedo porque tiene pesadillas, le teme a los insectos, está soltero y no está con una mujer desde que mamá murió…
El hombre comienza a toser, mira hacia otros lados huyendo de mi mirada y… ¿está ruborizado?
—…Y yo soy Lisa —continúa la pequeña castaña. Extiende su mano