Dos para Llevar.
Dos para Llevar.
Por: Ross Sandoval.
Prólogo.

Gina: 

Hoy llegaba a casa temprano, bueno, no es mi casa, es la de mi prometido. Si, voy a casarme en unos meses y estoy feliz por ello. Marco es un gran hombre además del más guapo del mundo. Cinco años no pasan en vano - inserte risa victoriosa -

Hoy era su cumpleaños y quería darle una sorpresa, le compre un hermoso arreglo con cervezas y un disco qué quería desde hace tiempo.

Llegue a casa y abrí la puerta con cuidado para no hacer ruido, deje todo sobre la mesa y por supuesto el regalo. Fruncí el ceño cuando vi toda esa ropa en el suelo, me acerque un poco hacia la habitación y escuché gemidos.. Pero no eran cualquier gemido.

Abrí la puerta de golpe y me paralice al ver a Marco penetrando a Louis, su mejor amigo y el mío, bueno, ya no es el mio.

—No me jodas Marco.

Detuvo su acción y salió de él, quería vomitar, pero tenía que respirar, vamos Gina, piensa en la paz mundial, en el calentamiento global, gatitos.. Respira.

—Gina amor.. Yo puedo explicarlo.

—No tienes que explicarme nada Marco, esta claro que te gustan las pollas y está bien, cada quien puede disfrutar de su sexualidad con quien se le pegue la gana ¿no?

Deje mi mejor sonrisa y fui hasta el closet donde el guardaba sus cosas, busque mientras tarareaba una canción ¡Bingo! Encontré el b**e de béisbol que le regale hace un año, salí de la casa, apreté el b**e en mis manos y empecé a partirle los vidrios a su auto.

—¡Gina! ¡¿Que haces?! ¡¿Estas loca?!

—¡Si estoy loca Marco! —lo amenace con el bate— ¡Me has engañado y con Louis maldita sea! ¡Con Louis!

Seguí en mi misión de seguir partiendo su preciado mercedes benz del año, maldito desgraciado, años perdidos en una maldita relación falsa, humillaciones por parte de sus padres.. Seguí dándole más y más duro al maldito auto.

Cuando descargue mi ira, entre a la casa y Louis venia poniéndose el pantalón, tome una de las cervezas y se la lancé, maldita mala puntería.

—¡¿Estas loca?! ¡Casi me das!

—Claro que quería darte.. Oh no perdón, ya Marco te dio.. ¿Lo disfrutaste?

—Gina calma.. Esto fue un error..

—No quiero oír estupideces, dime ¿desde cuándo?

—No creo.. —lo interrumpí lanzando otra botella.

—¡¿Desde cuándo?!

El muy maldito no respondía.

—No respondas.. Me voy, par de imbéciles.

Entre a la habitación y empecé a recoger mis cosas, maldito seas Marco, maldita vida y maldita sea la hora en que me fije en ti.. Joder me engañó ¿pueden creerlo? Es el colmo.

Ya listas mis cosas - que no eran muchas - tomé las dos maletas y salí de la casa, iba a regresarle el anillo, pero no, puedo venderlo y rentar un departamento, total, ésto vale que mil sueldos juntos, que se joda.

Es que.. No lo proceso, usarme ¡usarme! Usarme para ocultar su homosexualidad.. ¡Jah! Debí echarle agua caliente o pica pica.. Maldito Marco, maldito seas..

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