Gina:
Después de conocer un poco más a Azael me di cuenta de que el es el tipo genial. Lindo, carismático, amable, hablador y un poco tierno. La verdad es que me la pasé genial con el en el café.
Hoy me iría a vivir con ellos a su departamento, pensaba en decirle a Sebas sobre el trato pero no, recordé que firmé un acuerdo de confidencialidad y no puedo hablar sobre el tema, así que Gina, calladita te ves más bonita.
—Calma papá, iré a verte la otra semana, es sólo trabajo.. —tenía el teléfono pegado en la oreja.
—Más te vale Gina Anderson, me debes una conversación sobre lo de Marco, tienes que decirme porque es que han terminado.. Tu madre ha estado molesta por eso —susurró lo último.
—Lo sé —suspire—, en unos días iré, por ahora no tendré días libres.. Recuerda que hago ésto por ti papá.
—No mi niña ¿que harás? Yo ya estoy viejo para que te estés preocupando por mi.
—¿Que dices papá? Te recuerdo que tu nos has dado todo desde niños hasta que salimos de casa, ya es momento de hacerlo por ti, lo mereces, así que deja de decirme esas cosas.. Te tengo que colgar, ya debo irme, te amo papá.
—Y yo a ti linda, me saludas a Sebas. —colgó.
Terminé de meter todo en mis dos maletas, no tenia demasiado a decir verdad.
—Entonces ya te vas —Ava entró a la habitación y se sentó en la cama.
—Si —sonreí—, voy a extrañarte mucho brujis.
Me senté a su lado y la abracé. Ava ha sido mi mejor amiga desde que tengo memoria, y tiene ya tiempo con mi hermano. Ella y yo somos muy unidas, quisiera poder decirle lo que pienso hacer porque no quiero que me demanden.
—Cuándo tenga días libres vendré a verte y pasaremos el día juntas..
—Claro que si —me abrazó más fuerte—, recuerda que si algo sucede, llámame e iré a verte.
—Gracias..
Ava me ayudó a sacar las maletas hasta la sala para esperar un taxi. Saqué mi teléfono para pedir un taxi pero el timbre de la casa sonó, Ava fue a abrir y para mi gran sorpresa, Azael estaba ahí parado.
—Buenas tardes, vengo por la señorita Gina.
Ava me miró sorprendida, volvió a verlo y luego a mi. De inmediato llegué hasta el.
—¿Que haces aquí? —murmure.
—Vine por ti —se encogió de hombros— ¿estás lista?
—Pero..
—¿Gina? —joder Sebastián— ¿Quién es el?
Iba a hablar pero Azael se adelantó.
—Soy Azael Praxton —extendió su mano— el jefe de Gina.
—¿Praxton? —el asintió—, ah usted es el de las publicidades y esas cosas..
—Así es.
—Entonces Gina tiene que cuidar a su padre ¿no? Gina me contó que tiene que cuidar a un señor mayor.
Miré a Azael tratando de hacerle señas para que captara lo que dijo mi hermano.
—Ah si.. —asintió, que alivio— tiene que cuidar a mi padre.
—Vaya, que bien.. —me miró— por favor ven a verme cuando estés libre, recuerda que aquí esta la habitación.
—Gracias —Lo abracé.
Azael me ayudó con las maletas mientras que yo me despedía de mi hermano y Ava, luego subí a su auto para encaminarnos a su departamento.
—¿Cuidar a un señor mayor? —rió.
—Fue lo primero que se me ocurrió, ya que no puedo decir nada todavía..
—Entiendo.. En un momento llegaremos al departamento.
—¿Viven juntos? —asintió— ¿Porque? Digo, son bastante mayores y sobre todo distintos.
—Aunque no lo creas, nos gusta estar juntos así no hablemos demasiado, Damian en el fondo de su ser odia la soledad, por eso vivo con el, el fue el primero en irse de casa e independizarse, luego de unos años el mismo me pidió que viviera con el. Aunque vivimos en el mismo lugar, no hablamos mucho.
—Entiendo.. ¿Damian siempre ha sido así?
—Siempre —sonrió—, desde que tengo uso de razón siempre ha sido así, callado, serio y poco sociable.
—Seguramente jamás se ha enamorado.
—Aunque no lo creas si, se enamoró pero hace años.. Para el no funcionó, luego de eso ha tenido muchas parejas sexuales, pero se detuvo desde hace un año, ahora solo le importa el trabajo, nada más.
—Vaya.. Me sorprende saber que se enamoró —negué.
Y claro que si me sorprende, cualquiera que lo ve, diría que no tiene sentimientos o empatía por alguien, es demasiado serio y eso que me falta todavía por conocerlo realmente.
No pasó mucho tiempo para llegar al enorme edificio en donde viven, el estacionó el auto y ambos bajamos las maletas, luego yo lo seguí. Miraba la enorme espalda de Azael, vaya que si es enorme al igual que su trasero, ese pantalón bastante pegado a su cuerpo bien fornido, es sexy para que negar lo innegable.
El ascensor llegó y ambos entramos, luego de unos cuantos minutos llegamos. El ascensor se abrió dentro de un departamento bastante grande y lujoso, muebles grandes, chimenea, balcón, comedor grande y pisos negros relucientes, me gusta éste departamento. Mi vista se fue hacia Damian quien estaba de pie junto a la ventana con el telefóno en la oreja, se veía malditamente atractivo de perfil, su enorme espalda, camisa blanca arremangada a los codos y una de las manos metida en el bolsillo de su pantalón negro, desde mi lugar podía ver que tenía un tatuaje en su brazo. No voy a negar que es un idiota, pero un idiota que está como quiere.
—Adiós papá —colgó y nos miró— lleva las maletas a la habitación y tu siéntate.
—Estoy bien ¿y tu? —el rodó los ojos.
Odio que sea tan mandón. Me senté en uno de los sofás y el lo hizo frente a mi.
—Vas a instalarte en una de las habitaciones —asentí—, si vas a vivir aquí vas a seguir las reglas.. La primera es no quiero desastre en el departamento —empezó a enumerar—, tampoco ruidos fuertes si yo estoy aquí, tienes prohibido entrar a mi habitación y mi despacho, tampoco están permitidas las visitas si ninguno de los dos está aquí ¿quedó claro?
¿Había algo peor que ésto? No lo creo. Vaya que a éste hombre no le gusta absolutamente nada, ya veo porque es así.
—Muy claro.
Se levantó —Sígueme.
Hice lo mismo y lo seguí, fuimos por todo el departamento, me enseñó donde estaba su habitación y despacho al igual que la de Azael. Ya se donde tengo que entrar y donde no.
—Aquí está tu habitación —abrió la puerta—, tiene su propio baño y adentro hay toallas limpias y todo lo que necesitan ustedes las mujeres.
—¿Viene con dildos o vibradores incluidos? —pregunté con una sonrisa.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste.. Si ahí dentro está lo que todas las mujeres necesitamos, faltan los dildos y vibradores.. Eso es esencial —solté con ironía.
—Muy graciosa Anderson —apretó la mandíbula— instalate y por favor, mantén tu habitación en orden.
Y sin más se fue. Menudo tonto ¿que sabe sobre lo que nosotras necesitamos? Como se nota que jamás ha estado con una realmente, en fin, hombres.
Entré a la habitación y quedé más que complacida, bonita, colores claros, un sofá, un escritorio, closet, televisor y baño incluido, joder me siento como la típica TN de los Fanfics donde se queda con sus sexys niñeros. Joder no debí recordar mis tiempos de adolescente.
Ordené mis cosas en donde las iba a ocupar, después de eso, dejé la laptop sobre el escritorio para buscar trabajo, no pensaba quedarme aquí en ésta enorme fortaleza mientras ellos se van a trabajar, debería buscar algo que hacer ¿Pero que voy a buscar? No tengo una carrera hecha, no pude terminarla porque quería ser actriz, mamá tenía razón, no debí dejar la universidad.
(...)
Salí de la habitación con la laptop en la mano, la verdad es que tenía hambre y el departamento olía muy rico, cuando salí a la sala vi a Azael cocinando, que lindo. Y Damian estaba sentado en el sofá leyendo papeles. Me senté frente a él y seguí en mi misión de encontrar un trabajo.
—Mi padre viene en cinco días —lo mire—, debes prepararte para darle una buena impresión.
—¿Que tengo que hacer?
—Lo primordial, bajar las piernas del sofá —no me miraba—, la segunda saber algunas cosas de nosotros para que mi padre crea que llevamos más tiempo juntos.
—Está bien..
—Dinos Gina ¿que te gusta? —Azael llegó a la sala limpiando sus manos.
—Muchas cosas la verdad.. La música, leer, bailar, pasear en bicicleta, los animales, en especial los perros, como saben, la actuación, mi color favorito es el negro y violeta, adoro ver series y películas, suelo ser demasiado sincera y directa, cuando algo no me agrada lo digo de inmediato y eso suele caerles mal a todo el mundo. Soy muy extrovertida y amable con las personas, un poco terca y rencorosa.. Creo que por ahora eso está bien ¿no?
—Sencillo.. —Damian seguía en sus papeles.
Y creí que no me escuchaba.
—¡Ah! Soy alérgica a los camarones..
—Ya se entonces.. —Azael sonrió.
El volvió a la cocina a terminar de hacer lo que sea que esté haciendo. Deje la laptop y fui hasta el, de verdad que olían muy rico.
—¿Que estas preparando?
—Pasta con salsa boloñesa y queso parmesano.. Te va a gustar —me sonrió.
—Pues suena delicioso.. ¿Necesitas ayuda?
—Con la comida no, pero si con la mesa, si quieres puedes ponerla, ahí están los platos y lo demás —señaló una gaveta— no saques vasos, ahí hay unas copas.
Asentí y busqué todo lo que el iba a necesitar para la mesa y lo llevé a la misma donde empecé a ordenar todo, éste comedor era demasiado grande para ellos dos. Azael llegó con lo que cocinó y sirvió la comida, por supuesto que lo ayudé. Damian se sentó en la cabecera y Azael a su lado y yo enfrente.
Dios mío, ésta cena es la más silenciosa en la que he estado. Ninguno hablaba, nada.
—¿Siempre comen en silencio? —miré a ambos.
—Así nos gusta —Damian comía— se siente la tranquilidad.
—Yo no podría la verdad —Azael me sonrió— me gusta hablar de lo que hice en el día con mi hermano y mi mejor amiga, así es más placentera la cena.
—¿Ah si? —asentí a la pregunta de Azael.
—Si así que, díganme ¿que tal les fue hoy?
—A mi bien, tenemos varias campañas en puerta.. Aunque hemos estado buscando modelos para las mismas.
—Vaya que bien.. —mire a Damian— ¿que tal tu Damian?
—Lo mismo que hace mi hermano, lo hago yo —me miró y alzó una ceja— aunque hoy hice cien mil dólares, lo mismo de todos los días.
—Si claro, lo normal —reí.
—¿Y tu? —preguntó Azael.
—Pasé toda la tarde buscando empleo y no logré encontrar nada —suspire.
—Ah vaya.. ¿Que tal si trabajas con nosotros?
—¿En serio?
—Si, necesitamos una modelo y creo que tu serias fantástica. Claro tendrías que hacer una audición, tomarte algunas fotos y eso..
—Pues yo encantada de hacerlo —sonreí emocionada.
—Si lo vas a hacer, tienes que estar despierta a las siete para irnos —dijo Damian un poco serio.
—Bien, lo haré.. Y gracias por la oportunidad señor Praxton —le sonreí ampliamente.
Y solo me miró fijamente y sentí un poco de tensión en mi cuerpo, luego terminó con su comida en silencio, se puso de pie y se fue.
—Tranquila, siempre hace eso.. —Azael sonrió un poco.
—Me tranquilizas —reímos.
Ambos terminamos de cenar y limpiamos la mesa y la cocina, hablé un poco más con Azael y el se fue a dormir. Yo estaba en mi nueva habitación viendo el techo, no sabia que hacer ya que estoy acostumbrada a hablar con Ava todas las noches hasta tarde. Lo mismo hacia con Marco, ahora estoy aquí, sola y aburrida, no quisiera meterme en las costumbres de ellos ni cambiar las rutinas pero, éste departamento parecía un cementerio.
Me duche y cambie, me puse mi pijama de osos de dos piezas que es uno de mis favoritos, aun era temprano y ya estaba por empezar mi serie favorita, así que me encamine en una misión importante: Ir por un Snack a la cocina sin ser descubierta.
Salí de la habitación rumbo a la cocina, no debería estar haciendo ésto pero, quería ver mi serie y no podía hacerlo sin un Snack y bebida. Ya en la cocina abrí el refrigerador y había todo tipo de bebidas, tantas que no sabía cual escoger, con un tin marin de don pingue, tome una Fanta, pan de sandwich y Nutella, el Snack perfecto para mi, también tome unos Doritos picantes y listo. A regresar a mi habitación.
—¿Que estas haciendo?
Solté un grito al escuchar a Damian. Voltee y ahí estaba el señor de las tinieblas mirándome fijamente, con los brazos cruzados y sin nada arriba.
—¿Que crees que hago? Buscando algo de comer para ver mi serie.
—Son las nueve de la noche Anderson, mañana tienes que estar despierta temprano.
—Lo sé, pero Pedro Pascal me espera.. Es algo que no puedo posponer.
—¿Pedro quien?
—Pedro Pascal.. ¿No sabe quien es? —negó— yo, voy a tener que enseñarle sobre cultura general.. Ahora si me lo permite, iré a ver mi serie, buenas noches señor Praxton.
Camine segura y sin mirar atrás hasta mi habitación. No podía creer que no supiera quien es Pedro Pascal, para tener treinta años no sabe nada, ahora todo cobra más sentido para mi. Damian Praxton necesita a Gina Anderson para enseñarle sobre el mundo fuera de los negocios.
Quizá este siendo demasiado entrometida, pero me encanta alegrarle la vida a los demás, muchas personas me odiaban y me llamaban la unica y diferente por ello, por eso soy asi, demasiado extrovertida y un poco escandalosa.