Capítulo 44. Un gran apoyo.
Al llegar la noche, Trevor no podía con su vida. El cansancio y las preocupaciones lo abrumaban y lo tenían actuando en modo automático.
Llegó a la casa cargado con trabajo pendiente, no había podido adelantar mucho en la oficina porque siempre tenía que dejar lo que hacía para atender a alguien o reunirse con sus abogados.
La firma se había convertido en un hervidero de actividad y mientras más logros alcanzaban, el trabajo se triplicaba. Todd ya le había lanzado la posibilidad de considerar contratar a más abogados, una idea que comenzaba a considerar.
Al entrar en la mansión pasó directamente a su despacho y pidió a Frederick que le llevara algún refrigerio. Al no almorzar, estaba muerto de hambre.
Se quitó la chaqueta del traje y la corbata arremangándose las mangas de la camisa hasta los codos y enseguida se puso a trabajar.
A los pocos minutos tocaron a su puerta.
—Adelante.
Siguió hundido en la revisión del documento que tenía entre las manos mientras alguien pasaba a la habita