Carmen
—Un poco más... solo un poco más —susurraba Luna Blanca a mi lado.
Ella parecía haber pasado por mucho; se veía cansada, y no sé cuánto tiempo habíamos estado aquí, pero el esfuerzo se notaba, Luna jadeaba. De reojo, vi también que Paola venía a nosotras y tomaba la mano de Tatiana, empujand