Aníbal
— ¿No me digas que tienes visitas, Aníbal? Cualquiera pensaría que estarías muy ocupado con el tema del atentado a tu padre... pero no, aquí estás muy contento disfrutando de la vida — decía el beta y era obvio que sabía que me tenía en sus manos.
— No es nada de lo que imaginas — decía yo