Aníbal
Temía que todo estuviera perdido. Toda esta disputa era una tontería, ¡no iba a poder ganar!
— Nada de esto hubiese sucedido si no hubieses rechazado a nuestra mate — decía mi lobo Axel, molestando siempre.
— No es momento de reproches...—
— ¡Pero lo es! ¡No piensas con la cabeza! Solo