—¡Lo sabía!—grita ella victoriosa haciendo que él frunza el ceño confundido.
—¿El qué?—Que seguramente traéis los cuerpos de vuestros enemigos aquí y los tiráis—añadió ella eufórica señalando los matorrales haciendo que alguna que otra piedra caiga demostrándole la profundidad y mortalidad de la caída.Sin querer asustada acaba tropezando con una de las piedras y Dominik no duda en ir a socorrerla en cuestión de segundos.La acerca a su pecho alejándola del peligro, mucho menos de lo que le habría gustado y mucho más de lo que su cerebro le tenía permitido a su corazón con tal de poder mantener la lealtad a su cerebro.—Tienes mucha imaginación—susurra él colocando una mano en cada hombro sin alejarla—Mis enemigos se los doy a Jimmy—añadi&o