—Bien, así es como termina.
La voz de Sofía vaciló, frágil pero decidida, su mirada distante e irreconocible se sentía como el último adiós no pronunciado.
Un dolor agridulce se desplegó en su pecho. Él había entrado en su vida como una tormenta no invitada, alterando todo, y ahora, se marchaba tan inesperadamente como llegó, en el peor momento posible. Quizás la única opción que le quedaba era dejarlo ir, permitir que su recuerdo se disolviera como un sueño que se desvanece al amanecer.
—Claro —dijo Álex, logrando mantener su expresión en blanco, aunque algo profundo dentro de él dio una punzada aguda e inquieta.
Se dijo a sí mismo que no tenía sentido perseguir a una mujer que continuamente lo hacía a un lado. De todos modos, Sofía nunca había confiado realmente en él, tal vez la separación sería lo mejor para ambos.
—Señorita Lancaster... —la voz sedosa de Jasmine cortó la tensión mientras avanzaba con una sonrisa dulce, pero no tan inocente—. Su decisión podría haber sido un poco t