NARRADORA —¡Lorien! ¿Están bien? Damon entró hecho una furia a los aposentos de su hermana. Tenía obligaciones que cumplir, su padre cada vez delegaba más asuntos en sus manos, pero al saber del incidente de Soren, lo dejó todo para venir a defenderlos. —Sí, sí, estamos bien gracias a la princesa Sheira —Lorien fue sostenida en sus brazos y apretada contra el fuerte pecho. —Maldit4 sea, esto no está funcionando —Damon resopló murmurando entre dientes—, les pondré una guardia. —No, no, vamos a llamar más la atención. Damon ya se estaba cansando de esperar. Su padre le había dicho que haría el decreto del trono a su favor, pero aún no era el Rey Alfa y no podía arremeter contra su hermano abiertamente. No sin una prueba contundente o su padre podría revocarle el derecho; al fin y al cabo, Axton también era su hijo. —Ven, recojamos a Soren. Tavian tendrá que darme una explicación de ese asunto. La tomó de la mano y la sacó de la habitación caminando hacia el cuarto d
NARRADORALa pausa dramática le dijo a Asher que su madre ocultaba algo.—¿Qué sucede, madre? ¿Kiera tuvo algún problema en el camino? —preguntó por la mujer que se convertiría en su compañera.—Nnno… no, solo son algunas amistades pesadas a las que no les mandé invitación para la fiesta. ¡Ve, Rico, da mi mensaje!—Espera, Rico —Asher detuvo al guardia con cara de circunstancias.Él conocía muy bien a su madre y algo le ocultaba.—No me hagas ir hasta la puerta, ¿quién te ha puesto tan nerviosa?Asher frunció el ceño, ni en sus más locos pensamientos imaginó que su madre soltaría aquel nombre.—Es Eldora, ¿ya estás contento? Le dije que se fuera, que no quieres… ¡Asher! —Almena se levantó gritando su nombre al verlo dar la vuelta y casi salir corriendo.No podía ser, ¡por la Diosa!, esa arpía venía de nuevo a enredar a su hijo.Decía que no quería hacerle daño, todos conocían lo letal que podía ser una Neira, sin embargo, tampoco soltaba del todo el lazo con Asher.—Qué calamidad —cay
NARRADORAEl Rey aceptó de buen grado a Lorien e incluso al pequeño Soren. Más al saber que no solo le había salvado la vida, sino que era la destinada de su hijo. Para él, la unión del lazo representaba un vínculo sagrado. Damon no le contó de las rarezas de su mate, no quería que el Rey se asustara con algo desconocido. Ya le había mandado una misiva a Asher para encontrarse en las fronteras del Bosque Oscuro, sin embargo, noticias importantes tocaron a su puerta. —¡¡¿Qué significan estas denuncias, Axtón?!! —el Rey arrojó un cúmulo de documentos sobre su escritorio.—Padre… no sé de qué se tratan estas desapariciones… yo confié la administración de esas manadas a Svento —frunció el ceño delante del Rey, pensando en cómo salirse de esto. —¡Pues me dirás dónde está ese inútil! ¡Todo esto lo encontró el contador cuando tomó el control de estas tierras en ausencia de Svento! Arthur arrojó las hojas que volaron por el aire y cayeron sobre la alfombra. Eran denuncias de lobos des
NARRADORA —¡LEVÁNTENLA! —Flavio rugió con las alas poderosas moviéndose en el cielo. El espíritu de su dragón descansaba en su interior, pero podía sacar sus garras, sus dientes depredadores, sus alas que desafiaban las alturas. La inmensa roca en las profundidades al fin se quebró, dejando escapar vapores asfixiantes. Varios esclavos cayeron desmayados por las altas temperaturas, la piel llena de ampollas… —¡DE NUEVO! ¡BAM! El mazo gigantesco del mecanismo subió y bajó con fuerza, un ariete furioso movido por cuerpos exhaustos. El ruido ensordecedor de explosión se escuchó, enviando fragmentos de piedras a todos sitios. Los gritos se escucharon cuando los esclavos más cerca del foso se quemaron, la lava se desbordó y subió varios metros escupiendo violentamente. Los ojos de Flavio vibraron emocionados. Podía verlo, ese titán dormido en las profundidades, su rostro con forma de fuego y magma, enterrado en las entrañas del volcán. Iba a despertarlo y canalizar toda
NARRADORA—¿De qué mierd4 estás hablando, infeliz? —Axton no entendía las sandeces que decía Svento.—. ¿A cuál manada de las montañas te refieres? ¡Nunca te mandé a asesinar a Damon! —le rugió indignado.— ¡No finjas demencia! ¡¿Qué hiciste con todas las personas que desaparecieron?!Desde las sombras, Damon había ocultado su rastro y observaba a los ojos de su hermano.Por más que buscaba la mentira, Axton parecía genuinamente sorprendido.Era imposible que reconociera el engaño que tramó. Las plantas de olores fuertes alrededor camuflaban los aromas.—¡Señor, yo solo hice lo que me ordenaron!—¡¿LO QUE TE ORDENÓ QUIÉN?! —le saltó encima listo para destrozarlo, tomándolo de la camisa con furia.Sus malos manejos lo habían hundido frente a su padre.De repente, algo se prendió en la mente de Axton.—Me traicionaste por Tavian, ¿verdad? —la certeza lo golpeó como un rayo—. Como no quise comprarte esa mierd4 de que un Amo me necesitaba, fuiste a venderte a otro postor. ¡Dime!—¿Un… u
NARRADORAUnas horas más tarde, en su habitación, Lorien estaba inquieta; se paseaba de aquí para allá.Sus ojos miraban insistentes a la cinta roja sobre el tocador.Damon extrañamente se había olvidado de llevarla y eso le daba muy mal presentimiento.Parecía una tontería; al final, ese objeto le pertenecía.Su madre, antes de morir, le dijo que por ningún motivo la podía perder, que era una reliquia de las mujeres de su familia.Para ella parecía una cinta normal, pero la verdad es que cuando la tocaba, sentía como si solo sostuviese un lado del hilo que la llevaría hasta el final, donde alguien aguardaba.Toc, toc, toc.La puerta sonó, sobresaltándola.Mandó a pasar y resultó ser Soren.—Cachorro, ¿ya te sientes mejor? —se inclinó para abrazarlo.—Sí, mejor —Soren le echó los bracitos al cuello. En su afán por sostenerlo, Lorien no vio la sombra que se movió desde el cuello del niño y navegó por la piel hasta su mano derecha.—¡Auch! —Lorien gimió de dolor al sentir un arañazo en
LORIEN Alrededor de la mesa, la charla iba y venía. Solo estábamos nosotros tres. Tavian jamás llegó. El tiempo pasaba y el ambiente se había relajado. Sheira no hizo otras insinuaciones frente al Rey y, más bien, parecía demasiado cariñosa con su padre. Sin embargo, en algún momento de la velada, tenía ganas de tomar una copa. Estaba ahí, justo frente a mi mano, y no podía agarrarla. Quise decir algo al respecto y no pude hablar sobre el tema. Me sentía como una muñeca, solo actuando normal cuando miles de cosas raras se desencadenaban en mi cuerpo.—Lorien, ayúdame a ponerle la capa al Rey —Sheira de repente me pidió.Miré sus ojos profundos y juraría que destellaban con malicia.—Sheira, ¿por qué me mandaste a confeccionar esto, hija? Es tu cumpleaños —el Rey le dijo con una sonrisa.Me vi levantándome y parándome detrás de la espalda de Su Majestad. Sheira le acomodaba por el frente el lazo. Repentinamente, un dolor agudo recorrió mis venas. Los labios pegados sin dejarme
LORIENSheira dio un paso atrás, su mirada perdida en lo que parecían recuerdos traumáticos.—Yo sabía que ella también me correspondía. ¡Me entregó su primera vez, a mí, no a Damon! —me rugió llena de odio, como si hablara con su mismo hermano.— Pero al otro día se arrepintió, me dijo que era un error, una abominación, intentó rechazarme tantas veces… —llevó la mano a su pecho, riendo como una demente.Algunas lágrimas bajaron por su mejilla.—.Nunca me rendí, pero no podía luchar tampoco abiertamente por ella. Su padre era un Alfa noble y pidió el compromiso de casamiento de su hija con Damon… él la rechazó… pft…Se rió a carcajadas.Diosa, esta mujer estaba demente, enloquecida y podrida más allá de la salvación.—Damon la miró como un insecto y le dijo que la veía solo como la amiga de su hermana, que fuera a buscarse otro prometido. —¡Él la rechazó, nunca te quitó nada! ¡Ni siquiera sabía que te gustan las mujeres!… ¿Y tu padre? ¡Maldita psicópata, mataste a tu padre! —¡Mi pa