30. Esto es una locura Gregory
Solo estaba jugando, pero al notar los dedos del chico acariciándola, se estremeció por completo, haciendo que su sonrisa se borrara y todo a su alrededor desapareciera, solo eran ellos dos, ella siendo besada por Gregory, ella correspondiendo con una necesidad que parecía nacer en su estómago, quedarse a pelear con su corazón y por último subir hasta su lengua donde batallaba por más, donde luchaba por una nueva caricia, tirándole del labio con los dientes.
— Gregory...
Ni siquiera era consciente del todo, pero lo tenía sobre su cuerpo y ella misma, por inercia, había tocado el botón del lateral del asiento para reclinarlo sintiéndolo sobre su cuerpo, mientras se deshacía cuando volvía a decirle aquello que la primera vez había eludido, pero ahora no quería ni pensaba hacerlo, porque las palabras salían sin que pudiera contenerlas.
— Gregory... Creo que...— acarició su nuca observándolo y entrelazó los dedos en su cabello — también me gustas mucho.
Una vez Gregory la escuchó, no hubo