Dile Que Estás Enamorada
Dile Que Estás Enamorada
Por: Tsukimorikan
Capítulo I...Vendida...

Dile que estás enamorada…

El sonido del mazo, y la palabra “vendida” fue todo lo que pudo procesar Adrienna De Luca, ella está en shock ¿Qué está pasando? Ella solo iba a visitar a su padre, ¿Por qué ahora ve como un hombre se le acerca con intenciones para nada nobles?

Ella trata de huir, evitar ser capturada pero de nada sirve aquel hombre la toma y le coloca esposas, ¡esposas!

-¡Padre ¿Qué pasa?!

Ella simplemente se queda mirando al hombre, Francesco De Luca, pero este simplemente levanta sus hombros como si restara importancia a las palabras de su hija – Adrienna, le dije a tu madre que me serías útil algún día, y mira…

Ella queda en shock, mientras aquel hombre se la lleva a tirones del enorme salón.

-¡No, papá…papá!

Y Francesco se queda contando los fajos de billetes que consiguió por vender la virginidad de su hija de apenas diecinueve años…

Adrienna es subida a un auto lujoso y este emprende marcha, lejos de aquel lugar; la joven está aterrada no sabe lo que sucede pero no quiere ser partícipe de aquello.

-¡¿A dónde vamos?! ¡¿A dónde me llevan?!

Pero el chofer no responde, mucho menos el hombre que va a su lado, texteando por su celular.

Y ella solo puede ver por la ventana como el paisaje de la ciudad de Roma, cambia por el campo de la toscana italiana…

-Por favor ¿A dónde vamos?

-Pronto lo sabrás…guarda silencio

Y Adrienna guarda silencio.

Una enorme verja se abre y el auto se adentra por un camino de bosque tupido, la joven apenas observa aterrada de lo que pueda suceder, ya es de madrugada y Adrienna está sumamente atemorizada.

Y cuando ve el enorme caserón en el que se estaciona ella apenas queda en shock…¿Quién es el propietario?

-El señor Rossi te espera…

- ¿Eh? ¡¿Qué me van a hacer?!

-Eso solo corresponde al señor

Y así Adrienna es sacada del auto y llevada prácticamente a rastras hacia la mansión.

-Informa al señor Rossi que su nueva musa acaba de llegar

- ¿Eh, musa?

-Enseguida iré a informar al señor – y la joven se queda mirando fijamente a Adrienna – bueno eres más linda que la anterior

- ¿Eh?

Y así la joven es llevada hacia la enorme sala de visitas de aquella mansión, Adrienna queda en shock al ver los enormes cuadros, pinturas y fotografías de quienes seguramente eran los anteriores propietarios de aquella casona, y se fija en el enorme cuadro sobre la chimenea, una familia de cuatro una bella dama de cabello rubio y ojos azules, un fino caballero de enorme porte y elegancia, cabello largo hasta la espalda baja y ojos negros como la noche, y los dos pequeños, ambos con el cabello largo como su padre pero uno lo lleva suelto y el otro recogido en una cola de caballo, uno lleva el cabello negro y otro rubio, uno de los pequeños tiene sus ojos azules y el otro (el que tiene la misma mirada de grandeza que el hombre) tiene sus ojos en una heterocromía.

-Señor Rossi…su nueva musa

Adrienna ve como un hombre se coloca de pie tiene el cabello largo hasta la espalda baja es un cabello negro como la noche y sus ojos, son aquellos ojos heterocromáticos que la han cautivado.

-¿Cuánto pagaste por ella? – mirando fijamente a su leal siervo y amigo de confianza

-Señor Rossi, pagué por ella lo estipulado…tres millones de euros

Adrienna queda en shock.

-¿Los vale?

-Es virgen señor…tiene menos de veinte años…

-Menos de veinte…interesante, y bien ¿te comieron la lengua los ratones?

- ¿Eh?

-El señor quiere que digas algo…detesta a las mujeres calladas

Y así Adrienna es empujada cerca del hombre increíblemente alto, haciendo que ella levante la mirada y quede aún más cautivada por aquel hombre misterioso de aura dominante.

-Bu…buenos días…

-Apenas son las dos de la mañana

Y un enorme sonrojo aparece en la carita de Adrienna…

-Tu nombre…

-Adrienna De Luca, ¿pu…puedo saber su nombre?

-Leonardo Rossi

- ¿El dueño de vinos de Rossi?

-El mismo…

Y los ojitos de Alessandra brillan con una inocencia que encantan a aquel hombre, pues claro muchas mujeres buscan de él solo el dinero y el nombre que su familia ha llevado a cuestas desde tiempos medievales, pero claro él ha visto a esas mujeres perniciosas y sabe que Adrienna es igual a todas esas, que aparentan dulzura, cuando en realidad son unas viciosas indignas.

-¿Qué edad tienes?

- ¿Eh? – y su mirada se enfoca en los ojos de gato de Leonardo – die…diecinueve

-Bueno, Dante acertaste con la edad

El mencionado hace una venia con la cabeza.

-¿Haces algo por tu vida?

-Estaba estudiando enología…

-Oh, con que te interesa el mundo de los vinos

La joven simplemente asienta con su cabecita.

-Y dime una joven, bien educada…digamos de buena familia ¿Qué hacía en una subasta?

- ¿Subasta? Pero mi padre me dijo

Y ahora entiende el porqué su padre le insistió con tanta vehemencia que fuera verlo, no era que estuviera enfermo, ya la había colocando en un asqueroso comercio de trata de blancas.

-Sabes que lo que usted hizo es ilegal ¿verdad?

Leonardo y Dante apenas se quedan observándola.

-¡Usted me compró como si fuera mercancía! ¡eso es trata de blancas!

-Yo solo cerré un trato por teléfono…nunca supe cuál sería mi mercancía

Adrienna queda en shock.

-¡Usted cometió un delito!

-Y si así fuera – cruzándose de brazos con elegancia – ¿Qué puedes hacer? Estás en mi casa, la estación de policía más cercana está a cinco horas

La joven apenas puede creerlo.

-Y la policía me debe tantos favores que alguien llegando a denunciarme por trata de blancas sería tomado como una burla y la que terminaría encerrada por loca serías tú Bela Dama

Adrienna se sonroja de golpe.

-Dante, llévala a mi habitación

- ¡No iré a ninguna parte!

-Tú no decides – acercándose y tomando a la joven con violencia por el brazo – que no se te olvide que tu padre fue tan patético y miserable que te vendió por tres millones de euros que seguramente ya perdió en el casino

Los ojitos de la joven empiezan a llenarse de lágrimas.

-Tú acá, no tienes ni voz…ni voto harás lo que a mí se me antoje y no protestarás ¿entendiste Bela Dama?

-Pero yo…

-No eres nada más que mi mercancía – mirando a la joven y detallando el vestido que ella lleva puesto – muy escotado…pero te hace ver hermosa, sei mozzafiato

Adrienna queda en shock…

-Dante llévala a mi habitación ¿todo está listo?

-Sí…Cassandra me ha informado que todo está preparado

-La noche es corta, pero…el deseo no merma

- ¿Qué me va a hacer?

-Nada que no vayas a disfrutar – mirando a Dante – llévala

Y así Adrienna es sacada de la sala y Leonardo dibuja una sonrisa, mientras se cansa de ella disfrutará de probarla una y otra vez, como un buen vino porto…con buen cuerpo y excelente aroma…y esa joven lo tiene todo.

Cuando se aburra de ella tal vez pueda darle una compensación por sus excelentes servicios.

-¿Y bien? ¿cumple tus expectativas? – entrando por una puerta contigua

-Sí, por el momento…por cierto ¿Cómo convenciste al padre?

-Le dije que daría su peso en oro por su hija, si es que aún era virgen

-Oh…bueno al menos para esto pudiste servir…Miguel Ángel

-Cállate Leonardo

El mencionado levanta sus hombros como restando importancia a las palabras de su hermano.

-Por cierto, cancelé tus juntas de la mañana, estoy seguro de que querrás compartir tiempo con la nueva

-Grazie, fratello

-Deja tus payasadas

-Cuando me aburra de ella te la puedo dejar

-No quiero cosas usadas

-Siempre dices eso y ¿Quién termina con todo lo que yo dejo?

Y así a pasos elegantes Leonardo se marcha, dejando a su hermano maldiciendo su nombre y sobre maldiciendo ser su hermano menor…aunque solo sea por quince minutos…

Mientras Adrienna en aquella habitación está una y otra vez mirándose al espejo, tratando de convencerse así misma que es ella quien usa el bello conjunto de lencería; un hermoso corsé blanco, una ropa interior tipo tanga de la más delicada tela de encaje, medias altas hasta los muslos sostenidas en su lugar por el liguero.

Adrienna apenas puede creer que haya tenido que ponerse aquella ropa, ella ni siquiera sabe cómo terminó en aquella situación, solo quiere irse pero sabe que nadie abogará por ella, por el simple hecho de que la familia Rossi es demasiado poderosa, comparando casi a los Médici, así que no es mucho que pueda hacer, simplemente hará caso y espera que Leonardo Rossi no le haga mucho daño.

Cuando escucha la puerta ser abierta y se gira para ver como un hombre la observa con ojos poco decentes, ella en el acto trata de cubrirse con sus manos y aquella acción complace a Leonardo, como toda mujer que no conoce hombre teme por las nuevas experiencias.

-Bellísimo…simplemente eres perfecta

- ¿Eh? ¿Qué…que me va a hacer?

Leonardo no responde nada simplemente cierra la puerta con seguro y se acerca a Adrienna tomándola por la cintura y atrayéndola a su cuerpo, haciendo que el escote que se he a formado sea más notorio y subiendo la temperatura en aquel hombre.

-Simplemente bella

-Por favor, no me lastime…

-Ya te dije…no haré nada que no disfrutes – acercándose para besar a la joven

Pero en el acto Leonardo se detiene dado que ve a Adrienna llorando a mares, y temblando terriblemente, ahora es cuando en verdad se da cuenta de que ella si es virgen, y que ni siquiera tiene el mínimo conocimiento de los actos que él quiere cometer con ella.

-Adrienna…

-Por favor…no…no me haga esto – tratando de secar sus ojitos

Y por primera vez; Leonardo Rossi, aquel que puede tener a cuanta mujer le suplique un mínimo de atención, se ha conmovido…

-Yo…yo no quiero, así no

Y finalmente Adrienna rompe en llanto.

Aquel hombre que tenía las respuestas para todo, aquel que tenía bajo su mando a cientos, miles de personas no tenía ni la más remota idea de cómo calmar a aquella joven que se deshacía en llanto en frente de él, sin mencionar que estaba excitado, su cuerpo reclamando por tomar a Adrienna pero simplemente algo que ha despertado en él, le impide consumar su acto necesitado.

-No llores…

Y así se acerca y seca con cuidado los ojitos de la joven.

-Yo…yo no quiero que suceda así, no es justo solo quería ver a mi padre…me dijo que estaba enfermo

-Espera ¿te mintió?

Adrienna asienta con su cabecita.

-Es decir ¿no sabías a lo que ibas?

Ella niega en el acto, mientras trata de secar sus ojitos.

Y la expresión de Leonardo se ensombrece, así que en el acto toma una de sus batas y cubre a Adrienna con ella, toca un botón y espera…

Hasta que a los pocos minutos tocan la puerta y Leonardo la desbloquea, entrando una mujer mayor quien se acerca y dedica una sonrisa a la pareja.

-Mi niño ¿Qué deseas?

-Lleva a Adrienna a su habitación, has que se duche y tome un refrigerio ligero

Adrienna queda en shock.

-¿Eh? ¿Qué hice mal?

-Nada…después hablaremos tú y yo

-Señorita por favor venga, la llevaré a su habitación

-Nana…

-Sí mi niño…

-Llama a Miguel Ángel y me importa una m****a lo que esté haciendo

La mujer asienta, mientras se lleva a Adrienna.

Al poco llega Miguel Ángel quien al entrar en la habitación de su hermano y ver que tenía la misma cara asesina que su padre sabe lo que le preguntarán.

-Y bien ¿Qué pasó ahora?

-Más te vale decirme ¿Qué le ofreciste a Francesco De Luca?

-Su peso en oro por su hija, me dijo que ya sabía cómo hacerla ir a la subasta

Leonardo apenas levanta la ceja.

-¿Te dijo cómo haría ir a Adrienna?

Miguel Ángel levanta sus hombros como diciendo “no sé”

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