Teo entró de nuevo en el hospital, ahora estaba apenado con Antón, recordó lo que le decía su padre, no es bueno formar parte de los líos de otros y si te ves obligado a hacerlo, debes primero escuchar las dos versiones, no todo es lo que parece, ni es cierto todo lo que algunas personas dicen.
Se sentó en la sala de espera junto a los hermanos de Elena, ellos estaban tan metidos en sus pensamientos que no ponían atención en quién iba o venía, la chica entró un poco después, él ni siquiera volteó a verla, Antón estaba sentado junto a Ana, Teo los observó por un momento se veía que se amaban, el rostro de ella reflejaba mucha paz y calma, en cambio, Elena era un terremoto, hacía temblar todo por donde pasaba, quizá era su inexperiencia y juventud, o tal vez la manera en la que había sido criada.
Antón notó la manera en que Teo miraba a Ana, se le quedó viendo de mala manera obligándolo a bajar la mirada, quizás había malinterpretado su intención, tomó la mano de su esposa para besarla