Ivana se quedó acostada en la estrechez de su cama, tal y como él la dejó, con solo su corbata como ropa, tenía frío, pero ni siquiera intentó taparse, quizás el frío le despertara las neuronas a batacazos y le haga ver que acababa de cometer el peor error de su vida; enamorarse de un cliente, y encima casado. Quiso disimular que no se sintió mal cuando se lo dijo, pero en su cara se reflejó la tristeza y también agradecimiento por contárselo, no tenía por qué y lo hizo.
Ella era una puta de uno de uno de los barrios más emblemáticos de Ámsterdam que se estaba enamorando de un hombre casado, ya no tenía sentido negarlo, por días y semanas trató de olvidarlo, pero no ha podido, y esa noche solo se lo ha confirmado, como también sabe que todo era un e