Había pasado casi dos semanas desde que Hibrand e Ivana estuvieron juntos en el hotel Krasnapolsky, si ella no hubiese estado allí y participado en los preludios sexuales con él, podía hacerse a la idea de que solo fue un sueño, pero no, si en algún momento su mente quería jugarle una mala pasada estaba el dinero que le dejó pagándole su servicio, dinero que lo tenía guardado, sabía que no podía estar gastando como loca, porque estaba sola y tenía que sobrevivir porque no siempre sería puta, un día deseaba salir de todo eso y ser solo Ivana, sin el sobre nombre de la puta detrás del vitral. Quizás fuera una quimera, un delirio producto de su mente, pero en ese sueño ella no se veía puta, eso lo tenía claro.
Después de esa noche Hibrand no había vue