Valentina, veintiocho años (tres meses antes de morir):
—Señor, nada más estábamos conversando —informó Valentina con tranquilidad y una sonrisa educada—. La señorita Merina me hablaba sobre los avances de la fiesta, al parecer todo está saliendo muy bien. —Observó a una Merina abrumada por la situación—. Me alegro mucho por ustedes, espero deseosa el poder asistir a su fiesta de aniversario.
Marko soltó a Merina, intentando calmarse.
—La señorita Sandoval se encuentra en horario laboral, está demasiado ocupada como para atenderte en este momento —dijo Marko a Merina—. Y tú y yo debemos hablar ahora mismo, sígueme.
Merina no tuvo otra opción que seguir a su esposo.
Una vez Valentina se encontró a solas en su oficina, dejó salir una risa de satisfacción,