DEBBY
El mundo gira lento y pesado, como si estuviera atrapada en un sueño intenso del que no puedo despertar. Mi respiración es irregular; algo caliente me recorre las piernas, y una oleada de sensaciones desconocidas y extrañas me embarga. Mareo, placer, algo que roza la línea entre lo prohibido y lo embriagador.
Intento moverme, pero mi cuerpo no responde como espero. Cuando por fin logro abrir los ojos, lo veo: Rupert, con su cabello oscuro desordenado, y sus ojos verdes, entre mis piernas, sin el menor atisbo de culpa. Comiéndose mi coño. Suelto un gemido al sentir su lengua penetrando, hasta que un fuerte orgasmo me golpea nublando mi vista.
—Detente —digo en un tono apenas audible.
No me presta atención, me sostiene de las piernas y el deseo me nubla la razón, adormeciendo todos mis sentidos.
—Rupert... ah...
¿Esto es un sueño? Aún aturdida, me doy cuenta de algo más perturbador, al levantar la vista me encuentro con un enorme cristo colgado, entre jadeos que brotan de mi g