DEBBY
Definitivamente, es el karma que me está cobrando todo. En cuanto veo a Sebastián mirándome con desaprobación, trato de empujar a Rupert con mis manos; no puedo, de hecho, creo que me aprisiona aún más contra su pecho. Tanta cercanía me altera, me pone los nervios de punta.
—Deja de moverte —me dice al oído.
—Deb.
La voz de Sebastián rompe la burbuja en la que me encuentro. Rupert tarda unos segundos, pero al final se aparta. Agradezco la llegada de mi amigo; no sé qué habría pasado si él no hubiese interrumpido.
Recupero la fuerza de mi voz. Rupert mantiene su distancia como siempre y me aliso el vestido.
—¿Qué haces aquí? —le pregunta Sebastián al padre de mi hijo.
Tomo una bocanada de aire.
—Como siempre, no es tu asunto, Winston —responde Rupert. Su voz ronca hace que una descarga de electricidad recorra todo mi cuerpo.
Sebastián y Rupert se miran como si estuvieran a punto de matarse. Si no hago algo, ellos dos se matarán en serio.
—Pensé que estarías en el comedor —susurro