Cuando despertó por la mañana y sintió unos brazos fuertes envolviendo su cuerpo, Eloá giró el rostro lentamente y encontró a Gael aún dormido, con una expresión serena y los rasgos relajados. Parecía en paz, como si ese lugar —y ese momento— fuera todo lo que necesitaba.
Pero… ¿Y ella?
El corazón s