Mientras caminaba hacia su habitación, Henri pasó frente a la de Gael. Pensó en seguir de largo, fingir que nada estaba mal… pero sus pasos vacilaron. Respiró hondo, como si aquello le costara un esfuerzo enorme, y entonces llamó a la puerta.
— ¡Vete! —escuchó la voz ahogada de su hermano al otro la