— ¿Quieres conducir? — le preguntó.
— Sí, quiero, pero déjalo para otro día. Hoy el coche es exclusivamente para ti.
— Sabes que no soy de esas cosas.
— Lo sé, es solo que quiero aprovechar los últimos rayos de sol… y llevarte a un lugar.
Él la miró sorprendido mientras ella sonreía con alegría, mos