Pasaron seis meses, y con ellos, algunos cambios, uno de ellos bastante radical.
Saulo y Denise se mudaron a la nueva casa dos semanas después de llegar a Brasil. El regalo dado por Oliver ayudó mucho a la pareja a tener privacidad, ya que Denise había dejado claro que no quería recibir visitas, ni siquiera hablar con los tíos, lo que dejó a todos muy afectados.
La noticia de su depresión conmovió a todos, ya que ella era conocida por su alegría y sentido del humor. Todos en ese lugar la trataban como parte de la familia y querían ayudar de alguna forma, pero fueron pacientes. Sabían que debían respetar el tiempo de la joven y estaban siempre dispuestos a hacer lo que fuera necesario, pero respetaban todo el dolor y el espacio que ella necesitaba.
A pesar de vivir en la misma casa, Denise empezó a dormir en una habitación separada. Al principio, Saulo no dijo nada, porque sabía que su prometida estaba pasando por un momento delicado. Aunque sabía que esa no era la mejor opción, quería