— ¿Qué te pareció la comida? — preguntó Ethan a Charlotte, mientras volvían caminando a la universidad.
— Estaba deliciosa, muchas gracias por la invitación.
— Yo te agradezco tu compañía, alegraste mi día estresante.
— ¿Por qué tu día está estresante? — preguntó curiosa.
— Es porque la semana de exámenes ya se acerca y eso me pone un poco ansioso.
— ¿No deberías estudiar más, en vez de ir a acampar el fin de semana?
— Claro que no. Estudio todas las noches, solo para que mi fin de semana sea sagrado.
— ¿Quieres decir que no sueles salir por la noche?
— No, entre semana me enfoco mucho en los estudios.
— Y ahí, el fin de semana, vas a acampar solo, entiendo.
— Así es, esa es mi vida.
— ¿No crees que es un poco solitaria?
— Suelo decir que disfruto la solitud, lo que es muy diferente a la soledad.
— Vaya — exclamó. — Tengo miedo de interrumpir tus momentos.
— No vas a interrumpir, ¿sabes por qué? — Se acercó a ella, mirando sus labios carnosos.
— ¿Por qué? — Preguntó, tra