Capítulo 7 — Sombras que acechan
El sol del mediodía caía implacable sobre el edificio principal de la universidad de la manada. Entre risas y murmullos, los estudiantes caminaban por los pasillos con sus carpetas en mano, sin sospechar que esa jornada sería el comienzo del fin para Lyra.
En la cafetería, un grupo de jóvenes revisaba sus teléfonos con sonrisas cómplices. En la pantalla, una fotografía borrosa mostraba a Lyra entrando en un hotel con un hombre desconocido. El texto que acompañaba la imagen era cruel y venenoso:
“La lobita no perdió tiempo. Débil en la manada, fuerte en otros juegos.”
La primera en verlo fue Selene. Sentada con elegancia junto a su grupo habitual, fingió sorpresa, aunque su sonrisa apenas pudo disimularse.
—Qué tristeza… —murmuró, con una voz cargada de falsa compasión—. Menos mal que Daren se libró de ella.
—¿Creés que es cierto? —preguntó una de sus amigas.
—Por supuesto —respondió Selene, apartando un mechón de su cabello —. Siempre supe que había al